Destilación
En alambiques de cobre, montera, turbante y serpentín, se vierte el resultado de la fermentación, líquidos y sólidos para una primera destilación . En este proceso, regular la temperatura es indispensable para obtener el “ordinario” por goteo o chorro, muy despacio, para ir llenando los pequeños bidones y extraer todo el espíritu del maguey. El líquido obtenido de esta primera destilación se denomina “ordinario”, el cual apenas tiene unos 20% de Alc. Vol. Este ordinario se vierte nuevamente en la olla de barro, idealmente en un segundo destilador, para ser rectificado y en esta segunda destilación obtener el mezcal joven y cristalino.
Recordemos que este proceso es artesanal, cuidado en todo momento por las manos y sapiensa de los maestros mezcaleros quienes imprimen su sazón haciendo de cada mezcal una experiencia única.
Cada gota que llevas a tu paladar, requirió la paciencia de mucha gente que esperó entre 7 años (espadín), 9 años (tobalá), 12 años (bicuishe) o hasta 30 años (tepextate) para obtener la esencia de las tierras Oaxaqueñas. Respétalo, disfrútalo. Y ahora sabes porque al mezcal se le besa.